18 de junio de 2008

A 198 dias de la primera noche

A menos de doscientos dias de la primera noche de carnaval, siguen aflorando nombres para las principales figuras que desfilaran en cada comparsa este año.


Hace algo mas de dos semanas, pero se supo recien ahora, el Club Sirio Libanes confirmo a su batucada. Será el debut de Hugo Garcia al frent ede DeiXa Batucada como percusionistas de la edicion 2009 de Kamarr.



En este LINK pueden escuchar un corte de lo que fue la presentacion de estos jóvenes frente a los directivos del Sirio. Se puede apreciar una formacion homogénea (en cuanto a sus integrantes) ejecutando una apertura bastante original, con fuerza, y mucha energía. Hay una leve coreografia que insinúa lo que puede llegar a esperarse de esta agrupación llegado el momento del desfile. Asimismo el corte, que tiene un colorido sonoro calido y casi tribal, permite imaginar cual es la temática sobre la que Ivan Benitez está trabajando este año.

Le deseamos lo mejor a los chicos de DeiXa, una agrupacion que se perfila con mucha personalidad.

17 de junio de 2008

La vida es mas que carnaval

Nacionales

De la impotencia de Gendarmería a la adhesión a De Angeli: Gualeguaychú fue una hoguera
Sin duda habrá que estudiarlo desde un punto de vista sociológico: Gualeguaychú, en Entre Ríos, fue el foco de reclamos memorables. En el pasado, y gozando de cierta tolerancia gubernamental, con el reclamo contra la instalación de la planta de Botnia, en Uruguay; ahora, desde hace casi 100 días, con el conflicto agropecuario.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Gualeguaychú no es solamente un gran carnaval, que desplazó a la ciudad de Corrientes como promotora del evento anual. Hoy Gualeguaychú también es una localidad que protagoniza más que Paraná, la capital entrerriana, la agenda de los acontecimientos políticos-sociales de la provincia.
Gualeguaychú trasciende a Entre Ríos y lidera una decisión de protagonismo del interior, tradicionalmente sometido a la imposición política-sociocultural y económica de la Ciudad de Buenos Aires, o al gigantismo de la provincia de Buenos Aires.
En la víspera Gualeguaychú también fue el eje de un conflicto que recorrió el país y tuvo derivaciones muy importantes.
Aqui algunos recortes sobre lo ocurrido:

Alejandra Dandan, testigo de todo lo ocurrido en Gualeguaychú, en Página/12:

"(...) El viernes a la noche las cosas no eran como parecían. Cuando el Gobierno nacional anunció en Buenos Aires la liberación de las rutas, Gualeguaychú dejaba sus barricadas a regañadientes. El puesto estaba lleno de ruralistas y camioneros parados. Los autoconvocados. Aquellos que no querían salir el viernes de la ruta pero que aceptaron la retirada. No como una tregua, sino como un alto. Como lo fueron haciendo hasta ahora cada día a las siete de la tarde por seguridad, pero dispuestos a volver al día siguiente.
Alfredo De Angeli también ayudó en esa decisión. Según Jorge, uno de los transportistas, el viernes les recomendó que se vayan de la ruta pero les pidió que se mantengan atentos. Que lo “aguanten” hasta las nueve de la mañana, que a esa hora iban a hacer una asamblea, que iban a decidir qué hacían y porque todo se podía “pudrir”.
A la mañana temprano, eso parecía difícil. Sólo la presencia de los primeros gendarmes que aparecieron en la entrada de Gualeguaychú aportaba un indicio. El jefe de la División de Gendarmería de Gualeguaychú, Claudio Kaczmar, encargado de negociar con los dirigentes, llegó al puesto temprano y en sus manos llevaba la explicación de lo que estaba pasando: una resolución del juez federal Guillermo Cuadrini, de Concepción del Uruguay, que les daba la orden de desalojar. Kaczmar blanqueó la situación:
–¿Que les dijo? –preguntó PáginaI12 a los dirigentes agrarios.
–Que llegó la orden de desalojo.
–¿Cuánto tiempo les dio?
–Dos minutos.
–¿Qué van a hacer?
–Quedarnos.
La primera decisión del piquete fue casi invisible. El grupo todavía reducido de hombres que por la mañana se levantaba para ir a la ruta, se puso a un costado para controlar el paso de los transportadores de cereales. Sólo cuando Gendarmería se acercó un poco más, el corte avanzó sobre otra parte del tránsito: para detener esta vez a los camiones de alimentos y de combustibles que volvían del interior a Buenos Aires para llenar las góndolas de los supermercados. Todavía circulaban micros y autos particulares, pero eso bastó para fogonear a los Gendarmes. Lentamente, un grupo empezó a rodear a los ruralistas, que decidieron tomar definitivamente la ruta. Se sentaron. Los gendarmes, entonces, los cercaron. Primero hicieron un anillo. Intentaban sacarlos de la ruta de a poco; al comienzo, sin el ejercicio de la fuerza. En ese momento, Kaczmar se metió dentro del cerco. En voz alta leyó la orden del juez ante ellos y ante las cámaras. (...)
Con la Gendarmería en las espaldas, detrás de ese cerco tramado hombre a hombre, cuerpo a cuerpo, los ruralistas lograron dar algunos pasos durante unos momentos. La transmisión de los canales de televisión con ese vivo en constante agitación y los mensajes de texto disparados desde los celulares lograron que se acercara más gente. Pusieron tractores. Cruzaron una herramienta. Levantaron una piedra. Asomaron a un caballo a la vera de la ruta. Los uniformados forcejearon dentro del anillo, y empezaron a sacarlos de a uno, levantándolos desde el piso. Ese fue el primero de los dos avances de la Gendarmería durante el día.
Cuando volvieron, formaron dos filas de dos y tres hombres. “Yo no sé si me van a meter presa –decía una mujer–. Pero les grité a los gendarmes: `Nos robaron el petróleo, ahora nos quieren robar la tierra, y al pequeño chacarero se lo quieren llevar preso`”.
Los gendarmes intentaron negociar con los dirigentes como con De Angeli y Rubén Villalba. De Angeli les pidió en un momento, quince minutos. “Tal vez esto tenga que ser, de parte nuestra, un acto de grandeza –les dijo–-. Pero si nos quedamos acá tenemos que estar dispuestos a lo peor. ¿Estamos preparados?”, preguntó. “Pero no me digan que sí, a ver, esperen: ¿estamos preparados para lo peor o nos vamos cinco minutos de la ruta y volvemos después?”
Cuando Gendarmería los agarró, se desató la protesta. En la ruta sonaron las bocinas de los tractores como convocando a una guerra. Los gendarmes se alinearon y avanzaron de frente. Les cruzaron gomas con fuego y una máquina del campo. Prendieron un tractor para embestirlos mientras delante y detrás se desataba una pelea con golpes en la cabeza, contra el piso. No hubo gases ni balas. Un camión hidrante apagó el fuego.
Con De Angeli también quedaron detenidos los dirigentes Juan Ferrari y Raúl Sobredo, Ignacio Maggio, abogado, y Emilio Cocaro, otro de los productores del piquete y parte de los referentes más importantes. A esa altura, la ruta cortada también impedía el paso de los vecinos de Gualeguaychú que buscaban sumarse al corte.
“Y ahora ella se va a tener que ir este fin de semana”, decía una mujer, a la vera de la ruta. “No es estúpida, es soberbia y eso no es lo último: está en contra de la dictadura, pero está haciendo lo mismo”, reclamaba como si una instancia y la otra fuera lo mismo. Pero es que de eso sobraba en la ruta. El signo de los tiempos donde quienes critican al Gobierno se encargan de llamarlos montoneros.
“¡Paraná se está levantando! –decía uno–. Acá hay gente de Urdinarrain y de Larroque! Y dicen que están entrando a la municipalidad.”
Ante el avance, la Gendarmería se replegó, vencida. Pero detrás de escena, existieron negociaciones con el juzgado de Concepción del Uruguay y la mediación del intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, y del diputado Emilio Martínez Garbino para acelerar la retirada de la fuerza. Carlos Marcó, un abogado de Concepción, tomó a cargo la defensa de los detenidos y a las 17.50 anunció la liberación. A esa altura los manifestantes se reunían en la puerta del juzgado a modo de presión (...)".

Diario El Argentino, de Gualeguaychú, Entre Ríos:

"Varios vecinos se autoconvocaron frente al palacio municipal, otros optaron por concurrir de forma inmediata a la ruta 14 y otros comenzaron a hacer sonar sus bocinas en toda la ciudad, generando una reacción inmediata.
Frente al Municipio, algunos vecinos con cacerolas comenzaron a hacer sentir su protesta y otros se dirigieron al domicilio particular del intendente Juan José Bahillo, distante solo dos cuadras de la Municipalidad, donde hicieron un pequeño escrache, aunque sin ningún tipo de incidentes.En tanto, las banderas argentinas ganaron la escena en los frentes de las casas y en los autos, siempre con las bocinas y el sonido de las cacerolas como “música de fondo” a la bronca y la impotencia del reclamo.
Las imágenes de televisión repetían el momento de la represión y las detenciones de los productores y la bronca popular iba en aumento, aunque luego, la noticia de la pronta liberación de De Angeli y los otros detenidos, comenzó a calmar un poco los ánimos, aunque el clima de tensión se podía respirar en la ciudad.
La noticia de la liberación de De Angeli fue la noticia más esperada. Poco a poco las cacerolas y bocinas fueron dejando de sonar, hasta retomar la calma cotidiana".

También desde Gualeguaychú, Daniel Gallo en el diario La Nación:

"(...) Liberado por esa presión social que llegaba desde todo el país, De Angeli volvió al piquete emblemático a las 18.35. "¡Alfredo, Alfredo!" fue el grito que lo recibió. Funcionarios del Gobierno eran blancos a la vez de múltiples insultos.
"No queremos dar un golpe a ningún gobierno. No somos violentos, los violentos son ellos. Acá faltan las instituciones, como el Congreso y los gobernadores. Dejen de ser ñoquis del Gobierno", afirmó De Angeli, visiblemente emocionado por el apoyo que había recibido.
El dirigente sostuvo una fuerte arenga que, a través de la TV, llegó a todos los puntos en conflicto: "Hoy el pueblo se levantó; el país entero se movilizó. Señora Presidenta, este problema no está solucionado".
Además, pidió, como "gesto de pacificación", que se levantase el corte de ruta. Los camioneros autoconvocados tardaron varias horas en hacerle caso. No existe un mando unificado. Pero la palabra de De Angeli es la más aceptada.
Los principales dirigentes agropecuarios de esta zona analizaban anoche los pasos por seguir.
Las posiciones se endurecieron después de la refriega con la Gendarmería. La mayoría estaba de acuerdo en volver a cortar la ruta 14, con la intención de aprovechar el envión popular conseguido ayer. También germinó la idea de llamar a una marcha federal hacia la Plaza de Mayo. Todo lo que aquí se piensa y se hace repercute luego en las decisiones de la mesa de enlace del agro.
El día más convulsionado en la protesta agropecuaria terminó como empezó: con los manifestantes sobre la ruta y la Gendarmería en su búnker a 150 metros. La imagen era la misma que al mediodía de ayer, pero muchas cosas habían cambiado."

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