26 de junio de 2008

Una reflexion sobre fiestas populares

Escribe Guillermo Perícola, alguna vez responsable de organizar la fiesta de la nieve. En el contexto de todas las fiestas nacionales, que se originaron a partir de la inmigración y siempre después de la “cosecha”, afirma que la de Bariloche “perdió identidad: “Ya no es más el producto de la cosecha del invierno ni el resultado de la idiosincrasia que -criticable o no- siempre fue barilochense”, reflexiona.25 junio 2008, miércoles


La fiesta perdió la identidad


Este comentario no tiene otra intención que reflexionar un poco en voz alta y ver si se reencuentra el camino alguna vez. Veo que en el Digital hay muchos que opinan sobre la fiesta de la nieve -algunos a favor - y otros como siempre ocurre- en contra.No quiero ser un critico más, primero por respeto a todos aquellos que trabajan -desinteresadamente la mayoría de las veces- y en segundo lugar por haber sido responsable de dos ediciones del evento y comprenderme, entonces, en las generales de la ley.Yo quisiera ir un poco más allá y desarrollar -si cabe- los orígenes de las llamadas fiestas nacionales: por lo que pude investigar durante mucho tiempo, estas fiestas tienen su origen en nuestro país a partir de las corrientes migratorias que se afincaron a lo largo y ancho de nuestra geografía y cuya principal ocupación es el trabajo de la tierra.De esta manera surgen las chacras y bodegas, tanto en Cuyo como en nuestra región valletana; también las colonias alemanas en el Norte y otras corrientes menores se afincan en otros lugares, como ejemplo los galeses en Chubut, los japoneses en provincia de Buenos Aires; etcétera. Del fruto del trabajo de estos inmigrantes surgieron resultados del esfuerzo y la pujanza que hicieron que en algún momento-siempre después de la "cosecha"- en el sentido más amplio, se detuvieran a festejar.Expresado así, surge un denominador común -que aún hoy perdura- el cual expresa la satisfacción por la tarea realizada y los resultados obtenidos, lo que de por si induce a momentos de festejo y alegría. Así fueron los orígenes también, de nuestra fiesta de la nieve y prueba de ello lo son las expresiones culturales que todavía perduran de nuestras colectividades tanto europeas como americanas.De hecho el trascurrir del tiempo, la intervención de nuevos actores -la mayoría de ellos foráneos- han transformado la realidad de los años 55 y 60, un festejo local, integrador y con reminiscencias europeas, origen de las colonias asentadas en nuestra zona, en un hecho socio-político, mercantilista y desintegrador de la esencia barilochense. Dicen nuestros mayores:"Antes éramos pocos y nos conocíamos mucho; hoy somos más y nos conocemos menos" ¿No es así, mi estimado Negro Asenjo?En todos estos años, he visto con tristeza (no sé si es el término correcto) pero al menos expresa mi sensación, como el debate permanente sobre la Fiesta de la Nieve sigue girando sobre dos ejes de discusión bizantina:1º) Si la fiesta es para Bariloche o para "los de afuera".2ª) Quién será el o los artistas para la noche de gala o coronación de la reina y si va "en directo o en diferido" (magia de la TV que permite estos dislates tan lejanos a nuestras tradiciones, que se daría a entender que una correcta definición de estas "dos importantísimas cuestiones definieran "por si mismas " el éxito o fracaso del evento.Días pasados leía en el matutino regional los inicios de la fiesta de la nieve allá por el año 1954 a partir de una iniciativa de Parques Nacionales, y por charlas mantenidas con viejos e ilustres habitantes de nuestra ciudad, en todos los relatos advertí un resabio de que en aquellas primeras fiestas realmente se divertían. ¿Quiénes? Los barilochenses y los que ocasionalmente estaban de afuera y no eran residentes.Esa esencia de pueblo, que también tuvieron en sus orígenes las fiestas nacionales de las distintas producciones de nuestra tierra, la Vendimia, La Flor en Escobar, el Surubí en Corrientes, la Yerba Mate en Misiones (y así podría seguir enumerando eventos de calidad), en los cuales seguramente en lo que menos piensan es en el escenario y las cámaras, pero sí ponen énfasis en la participación y hasta en la competencia. Ejemplo: el Carnaval de Gualeguaychú, destronó al reinado que nació y surgió en Corrientes.Por eso digo nuestra Fiesta Nacional de la Nieve ha perdido si identidad y ya no es más el producto de la "cosecha" del invierno ni el resultado de la "idiosincrasia" que -criticable o no- siempre fue barilochense.La fecha en que realiza, no es la correcta. En mi opinión debería hacerse en el mes de septiembre, cuando se empieza a entrar en una media baja temporada y de hecho cuando seguramente hay más recursos privados disponibles, y en el cual el clima acompañe un poco más; y en lo cual se pueda trabajar con mejores resultados promocionales -si ello se pretende con esta fiesta- y que cada año, más allá de los "voluntaristas de turno", se integren mas profesionales de distintas disciplinas que nos ayuden a recuperar los valores de nuestra entidad "barilochense".Hacheros, mozos, el pullover es lo poco que nos va quedando. ¿El chocolate? Bien, gracias. ¿Colectividades? Que nació dentro de la fiesta y que creció cualitativa y cuantitativamente el espacio dentro de la fiesta nacional se le hizo chico y se abrieron y por ello hoy perduran. Algunos compartirán algunas ideas, otros no, pero como dijo el ilustre referee, "por lo menos, así lo veo yo".


Guillermo PerícolaDNI 7,575.068

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